miércoles, 2 de abril de 2014

Hoy batallón de Fantasy,

Pues hoy a tocado batallón de fantasy. Altos elfos VS Ogros a 4.000 puntazos. Hemos empezado a las 6, así que solo hemos podido montar campo de batalla, desplegar y jugar el primer turno antes de cenar, así que mañana la terminamos.

Jugamos con ejércitos algo patxangueros, intentando meter un poco de todo para que haya mas variedad. Al final de la entrada he escrito una minihistoria para ambientar un poco la batalla. Espero que la disfrutéis, si os gusta, no dudéis en comentar, que se puede comenzar una campaña narrativa sin problema alguno para vuestro goce y disfrute.

Ejercito Alto Elfo
Ungido de Asuryan - Espada Antiheroes, Armadura de Plata y Piedra del Amanecer
Archimago - Nivel 4, Arma de mano, Libro de Hoeth y Talisman de salvación.
Archimago - Nivel 3, Arma de mano, Talismán de Resistencia y Pergamino de Dispersión. 
Noble Portaestandarte - Arma de mano, Arco de Ellyrion, armadura pesada y Escudo de Sierpe Marina.
Noble en grifo - Lanza de caballería, Armadura del Dragón, Escudo hechizado, Corona Dorada de Atrazar, Poción de Temeridad, ataque en picado y reflejos rápidos.
28 Guradias del Mar - GMC
28 Guradias del Mar - GMC
3 unidades de 5 Guardianes de Ellyrion - Arco y músico.
22 Leones Blancos de Cracia  - GMC y  Pendon Reluciente.
21 Guardia del Fenix - GMC y  Estandarte de la Llama Perpetua.
28 Maestros de la Espada de Hoeth - GMC y  Estandarte del Dragón del Mundo
1 Carro de leones de Cracia - Armas a dos manos y armaduras pesadas.
1 Escolta celeste - Lanzavirotes Ojo de Águila y lanzas.
6 Hermanas de Avelorn - Arco de Avelorn, arma de mano y armadura ligera.
5 Hermanas de Avelorn - Arco de Avelorn, arma de mano y armadura ligera. 
2 Lanzavirotes
4000 puntos clavados

Ejercito Ogro
Despota - Espada Veloz,armadura pesada, Escudo Hechizado, Talismán de Salvación y Corona de mando. 
Maestro carnicero - Nivel 4, Espada de Poder, Báculo Canalizador, Armadura del Destino, puno de hierro, amuleto de la suerte y ojorroca.  
Matarife - Nivel 2, arma de mano, Escudo encantado, Baratija de Obsidiana, Pergamino de Dispersión e Icono del Acero Maldito. 
Panzafuegos - Arma a dos manos y Corazonaverno.
8 Ogros - Arma de mano, puño de hierro, armadura ligera, músico y portaestandarte.
8 Ogros - Arma de mano, puño de hierro, armadura ligera, músico y portaestandarte.
9 Tripaduras -  Arma a dos manos, armadura pesada, GMC y Estandarte Pieldragón.
2 unidades de 10 Gnoblars - Arma de mano, arma arrojadiza y tramperos.
8 Comehombres -  4 con dos armas de mano, 4 con arma de mano, armadura pesada, GMC pendón reluciente.
4 Suelta fuegos
4 Dientes Martirio - Arma de mano, puño de hierro, armadura pesada y GMC. 
4 unidades de 1 Colmillos de Sable.
2 Escupehierros
1 Colmillo de Trueno
4000 puntos Clavados.

El campo de batalla donde nos daremos de tortas.


Jugar ogros es un bendición, se despliegan en tiempo récord.


Mañana el informe de batalla, que aunque hoy hemos jugado el primer turno, seguramente empecemos mañana de nuevo. En el turno 1 al jugador ogro le ha huido fuera de la mesa el Colmillos de Trueno, también han fallado su chequeo de pánico los Sueltafuegos y un Escupehierros, quedándose a escasas UMs del borde, desmontándose un flanco en el acto. Todos los chequeos se han hecho a distancia de porta y provocados por la muerte de un Colmillos de Sable. No comments...

Así que por el bien de la diversión y la épica le propondré empezar de nuevo. De momento aquí os dejo el prologo a la batalla desde el punto de vista Alto Elfo, que para algo los juego. 


Red wine, red blood.

Nariel se detuvo en la escalinata que daba al castillo de popa. Llevaba ya varios días dándole vueltas al mismo tema. Suspiró para coger fuerzas y siguió subiendo, haciendo que su sedoso y blanco vestido acariciase cada escalón con suavidad. Se detuvo otra vez cuando la escalinata terminó y miró al elfo que se apoyaba en la barandilla oteando el mar. Se acerco sigilosa y tímida, poniendo en orden sus pensamientos.

-Ser Cahlion...- Susurro la elfa, intentando no interrumpir bruscamente al noble. Pero su vocecita fue engullida por el océano, cosa que la irrito levemente. -Ser Cahlion.- Dijo esta vez con firmeza. 

-Dama Nariel. ¿Qué hacéis aquí? ¿Os mareáis en el camarote y habéis salido a tomar el aire? Preguntó el elfo con preocupación, centrando ahora su atención en Nariel.

-No, Ser Cahlion. Es otra cosa, más...

-Llamadme Cahlion a secas.- Insistió el elfo como ya lo había hecho antes y miró con severidad a Nariel, haciendo el dolido por la educación con la que le trataba.

-Como deseéis... Cahlion.- Dijo la elfa,  feliz y confundida al mismo tiempo, y continuó hablando algo más segura y a gusto. -Sé que no soy quién para criticar las decisiones del consejo militar, pero... me parece algo excesivo el despliegue militar que se ha hecho por el... vino.- Recriminó Nariel esperando la mejor respuesta del mundo con los ojos y la boca bien abiertos.  

Cahlion se sintió algo sorprendido por la declaración y por la expresión de la cara que hacia la elfa. Carraspeo tapándose la boca con la mano y después de unos segundos habló. -No se trata del vino, es una acción de castigo por los actos despreciables de una raza aún más despreciable. No podemos permitir que estos actos de violencia y piratería queden impunes. Éste es el verdadero motivo, y no lo que los más cínicos o irresponsables murmuran. 

-Dudo que haya acto mas cínico e irresponsable que justificar una guerra.- Aseguro con sorna una voz femenina. Cahlion se estremeció con malestar al escuchar aquella voz elegante y fina. Nariel sonrió al ver el sentimiento que al hombre le causaba la mujer que acaba unirse a la conversación y que ya conocía.       

-Dama Malwen. Qué placer tan inesperado. Creo que os habéis equivocado de embarcación.- Dijo malhumorado Cahlion a la elfa de vestido gris, pelo negro rizado y ojos aun mas negros. Malwen no hizo caso alguno al hombre y se dirigió hacia Nariel. -Es increíble, cada día estas mas bella. Mirate, ya toda una mujer, con edad suficiente para que pueda odiarte por esos grandes ojos del color cielo herencia de tu padre y ese pelo rubio como el trigo que te lego tu madre.- Cuando terminó de hablar Malwen suspiró feliz de reencontrarse con Nariel, a la que veía sonrojarse por los halagos que la había regalado. Luego miró al elfo con desidia y le dedicó un frío saludo con la cabeza. 

-Es impresionante, soldadito, que te tragues toda esa basura del castigo a los malvados. ¿Crees que  se movilizarían más de doscientos efectivos, de las siempre menguantes fuerzas élficas, por defender nuestro honor y vengar a los caídos? Tú y tus soldaditos os movéis porque los humanos son unos viciosos borrachos, y sus líderes son viciosos, borrachos y además vanidosos. Pagan  exorbitantes cantidades de oro por nuestro afrutado y exuberante vino, solo para el goce de paladares exigentes. Y parece ser que los ogros le han cogido gustillo a ese exuberante sabor afrutado. Por eso vamos a la caza de los ogros. Para que el dinero siga fluyendo como el vino, por eso estáis aquí.- Malwen ladeó la cabeza confundida, al darse cuenta de que había pasado por alto la cuestión mas importante.-El tema es... ¿Qué haces tú aquí?- Preguntó a Nariel, que ahora meditaba quién tendría razón, si el noble Cahlion, o la sabia Malwen. 

-Yo... he venido a ayudar.- Respondió la elfa con una gran y sincera sonrisa a la que Malwen reaccionó frunciendo el ceño y hablando con voz compasiva suspiró. -Qué mal lo vas a pasar en esta vida, niña-. Según pronunció su última palabra se escuchó un rugido, los tres giraron la cabeza para contemplar como un enorme grifo les sobrevolaba trazando círculos cada vez mas pequeños en torno al castillo de popa. 

-Hazme sitio hermanito-. Gritó el jinete de grifo a pleno pulmón. -Ni se te ocurra, asno irresponsable-. Le insultó Cahlion mientras agitaba los brazos exhortándole a que siguiese volando y aterrizase en la cubierta. -Tarde hermanito, ya no hay opciones- Respondió el jinete disfrutando de la situación. 

Cahlion tomó por el hombro a Nariel y la condujo hasta las escalinatas, Malwen se apresuró tras ellos mientras las garras posteriores de la criatura alada chocaban contra la madera del barco en un primer intento de aterrizaje. -¡Casi lo tengo!- Gritó el jinete, tirando hacia arriba con vehemencia de las correas para que se elevase su montura. El grifo giró sobre sí mismo haciendo un picado, y en el último momento, a una orden del elfo, extendió las alas frenando su velocidad. El rumbo que llevaba el majestuoso monstruo era el correcto, pero la velocidad inadecuada, posó sus patas en el borde del barco y sus garras se clavaron con fuerza en la madera dejando surcos al no poder frenar por la inercia. El jinete, al ver que el grifo no podría frenar llevándose consigo la barandilla interior, dio un salto sin soltar las correas y cuando hubo tocado suelo, clavó sus botas en los surcos dejados por la criatura e hizo fuerza hacia atrás para frenarla. Durante unos segundo elfo y grifo derraparon por la cubierta del barco chocando suavemente contra la barandilla que se situaba entre las dos escalinatas que subían al castillo de popa.

-¿Has visto algo mas impresionante, hermanito?- Preguntó orgulloso el jinete mientras miraba la escena que había causado sin soltar las correas.

 -¡¿Impresionante?! ¡¿Es que estás loco?! ¡¿O es que el aire de las alturas te ha congelado el seso?! Si no fueras mi hermano... Te juro que...- Voceó Cahlion fuera de sí. 

-Niños, niños.- Se interpuso Malwen entre los dos hermanos con voz maternal. -Hay cosas más importantes en estos momentos que vuestra incapacidad para demostraros amor fraternal. Gwenderan se viene conmigo donde el comandante Odan.- Malwen alzó el brazo derecho y tomó por la cintura a Gwenderan, que se giró para mirar con ojos traviesos a la elfa. -Qué lanzada- Susurro al oído de Malwen, que miró a los ojos al jinete de grifo y con tétrica crueldad susurró: -Vuelve a hacer una broma así, y te mandaré a volar sin necesidad de montura.- Gwenderan reculó al no poder soportar la férrea e intimidatoria mirada de la elfa. Mientras tenía lugar esta conversación una nube afilada y negra engullía a ambos elfos, deshaciendo su figura. Cuando no quedo nada de la silueta de Malwen y Gwenderan, la oscura nube se desplazo hacía el barco que tenían a estribor, dejando a Cahlion furioso rechinando los dientes y mordiéndose la lengua y a Nariel impresionada por la señorial criatura a la que estaba acariciando y que respondía con el mismo calor que le otorgaba la elfa.

La negra nube se disipo sobre la nave, haciendo reaparecer a los elfos. Una figura aristocrática e inquisitiva esperaba frente a ellos. -General Odan- Saludo Malwen de manera cortés. -¿Has visto lo que acabo de hacer?- Pregunto Gwenderan con expectación. -Lo he visto. Y ten por seguro que te castigaré en proporción a tu estupidez y que pagarás hasta la última moneda de oro que cueste reparar el barco- Respondió Odan sin mostrar emoción alguna. -Ahora. Dime lo que has visto.- Exigió Odan al jinete que estaba cabizbajo. Era un incomprendido, un aventurero en un mundo soso y lleno de gente aburrida. Gwenderan se repuso y saludó militarmente a Odan. -La información que nos llegó era acertada, no habrá mas de 50 de esas criaturas. Tienen su campamento en una planicie a unos dos kilómetros de la costa. He encontrado a medio kilómetro hacia el norte el lugar perfecto para desembarcar. Una pequeña playa situada entre dos acantilados que protegerá y ocultarán nuestros navíos . Si nos damos prisa, podremos aprovechar la marea alta para navegar paralelos al acantilado más al sur y así ocultar nuestra llegada.- Explicó Gwenderon, olvidando su infantil comportamiento.

Odan agarro una mano con la otra en su espalda y comenzó a caminar hacía su camarote. -Buen trabajo, capitán. Puede retirarse-. Asintió el general con verdadero agradecimiento. Malwen siguió de cerca a Odan. -¿Hay algo más?- Pregunto el general. -Pues sí.- Respondió la elfa con voz molesta. -Hay una maga, Nariel, seguramente se ofreciese a venir por iniciativa propia para ayudar a los heridos. Quería decirle que tendrá un trato especial durante la batalla.- Dijo Malwen con seriedad.
-Jamás doy tratos de favor a nadie. Me conoces bien Malwen. ¿Como puedes pedirme esto?- Se indignó el general. 
Malwen camino con celeridad para cortar el paso a Odan. -Os equivocáis, noble Odan. No os pido nada. Os digo que yo, estaré mas pendiente de la seguridad de la muchacha que de la batalla. Y por cuanto os gusta planificar todo al detalle y cuanto os desagradan las sorpresas os lo digo. Como muestra de respeto.- Respondió Malwen a un Odan aún más indignado que luchaba por mantener la compostura. En cualquier soldado a su mando, semejante declaración habría acabado en un castigo inimaginable. Pero en boca de La Tejedora de Sombras, archimaga de un poder como pocos, semejante declaración solo era un factor más a tener en cuenta en la batalla venidera.

Malwen se retiró con una profunda reverencia, consciente de que aunque el general Odan no mostrase la más mínima reacción de furia, por dentro estaba siendo consumido por la rabia. Pero poco le importaban los sentimientos de Odan en este momento a Malwen, que miraba al otro barco que navegaba junto al suyo y, a veces, de reojo, a la costa que ya se veía en el horizonte.

Se apoyó en la barandilla con tristeza, la proximidad de la batalla era innegable. Alzó una plegaria por Nariel y otra por los soldados. -Que las sombras que tejo no nos alcancen- Pidió a los cielos y luego se retiró a su camarote a preparar los hechizos y embrujos para los violentos días venideros. Que serían rojos, como la sangre y el vino.

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